Por otro lado, el body positivity, ha obtenido críticas por no haber incluido todo tipo de cuerpos, al representarse a menudo con cuerpos algo voluminosos, sí, pero perfectamente proporcionados, sin pasar de determinadas tallas, blancos, jóvenes, sin discapacidad, etc. El body neutrality surgió a raíz de estas críticas y de ver que a muchas personas el body positivity les parecía poco realista. Es decir, amar el cuerpo propio constantemente y verlo siempre bello puede parecer una meta difícil de alcanzar en muchos casos, mientras que parece más realista aceptar simplemente que está ahí y cumple diversas funciones, existe, fluctúa, engorda, adelgaza, envejece, enferma, sana y ofrece muchas posibilidades, más allá de su belleza. 

 

*IMPORTANTE* Esto no es solo algo individual, no depende únicamente de la capacidad de la persona de quererse o aceptarse. La presión social sobre los cuerpos dificulta enormemente el poder reconciliarse con el cuerpo, en la medida en que recibimos mensajes de odio constantemente, por parte de los medios de comunicación, familiares, amistades, productos culturales, bullying escolar, etc. El trabajo terapéutico, el familiar, el educativo y el colectivo, como, por ejemplo, el activismo, grupos de conversación o la difusión de contenido en redes sociales, hacen posible ir cambiando este contexto, y, con ello, también a nosotres mismes y nuestro entorno.